¿Te has imaginado alguna vez como se vivirá dentro de 1000 años? ¿Con qué cosas jugarán los niños? ¿Qué comerá la gente? ¿Dónde se vivirá? Te invitamos a hacer un viaje dentro de casa en el que viajar al pasado para descubrir cómo se vivía o se jugaba, lleno de recuerdos que pueden estar más cerca de lo que piensas. Pero también viajaremos al futuro, al que enviaremos objetos, música o emociones que relaten las experiencias que vivimos hoy. Todo a través de cápsulas del tiempo, que te animamos a buscar y crear.
Esta actividad es una adaptación del taller familiar “Abrir en 3020” para que puedas crear desde casa esa cápsula del tiempo que abrir dentro de mil años. En el vídeo de arriba te enseñamos cómo. Crea una cápsula del tiempo en papel y dibuja y escribe todo lo que quieres recordar cuando la abras. También puedes usar una caja y guardar ahí lo que quieras.
Solo necesitas:
- 4 folios
- Tijeras
- Lápices, pinturas i rotuladores
- Pegamento
- Si quieres, recortes de periódicos o revistas, telas…
¿Sabes que en Bombas Gens también tenemos una cápsula del tiempo?
Podéis leer este texto en voz alta antes de crear vuesta propia cápsula.
Algunas cápsulas del tiempo pueden ser pequeñitas, tan pequeñas como una caja de cerillas. Otras son grandísimas, ciudades o edificios enteros que se han quedado como congelados. Las personas que estudian las formas de vida del pasado, los arqueólogos y arqueólogas, abren mucho los ojos y ven pistas que les pueden ayudar a entender cómo se vivía. Su trabajo es muy emocionante, porque a veces son los primeros en abrir una cápsula del tiempo. ¿Te imaginas qué emoción, encontrarte algo que otra persona ha escondido o se ha olvidado?
¡Como nos pasó en Bombas Gens! ¿Habéis venido alguna vez? Bueno, pues para quien no nos conozca, era una antigua fábrica que ahora es un museo con fotografías y pinturas y hasta un jardín, pero ¿sabéis qué más hay…? ¡No os lo vais a creer! También hay una bodega, de hace 500 años. Era parte de una alquería, la de los Comeig, una casa en el campo con animales y cultivos. Chafaban las uvas en un lagar, un cubo redondo donde se metían hasta las rodillas. ¡Chof, chof, chaf! Y luego conservaban el vino en la bodega del sótano, en grandes jarras de barro. Era una nevera muy práctica.
¿Que cómo sabemos todo esto? Pues porque cuando dejaron de usar esa bodega, los habitantes de la casa la llenaron de ladrillos y cerámica, dejándola enterrada durante muchos años. Tantos, que nadie sabía que estaba allí, hasta que… En Bombas Gens, el museo ¿os acordáis?, se estaba haciendo obras y una excavadora se chocó con el techo de la bodega. ¡Estaba escondida sin querer y se había convertido en una cápsula del tiempo enorme! Una arqueóloga y su equipo fueron los primeros en abrirla y, como no había cambiado casi nada, pudieron descubrir muchísimas cosas.
¡Menuda sorpresa se llevaron! Los que usaban esa bodega seguro que tampoco esperaban que alguien se la encontrara y pudiera aprender tanto de lo que se dejaron allí. Una cápsula del tiempo se puede crear sin querer o… también adrede. A veces son objetos que tenemos a nuestro alrededor: un juguete de cuando éramos pequeñas y pequeños, un palo que nos encontramos dando un paseo, una fruta a medio comer… A algunos les tenemos cariño por los recuerdos que nos traen, otros los guardamos solo para ver cómo habrán cambiado cuando pasen los años. ¿Los seguiremos viendo igual que cuando los metimos en la cápsula del tiempo? ¿Y cómo seremos nosotras y nosotros al abrirla?
Cápsulas del tiempo hay miles, a ver cuántas diferentes podéis encontrar. Por ejemplo, hay una recorriendo el espacio exterior en este mismo momento. La NASA, además de mandar astronautas, también envió un disco con una selección de canciones y sonidos de la Tierra. ¿Quién se lo encontrará?
Aunque a lo mejor están mucho más cerca de lo que pensáis… ¡Abre mucho los ojos! ¡O las orejas! Pregunta a los mayores; a veces solo hace falta una historia para transportarse al pasado en un plis plas. Podéis hacer una cápsula del tiempo con todos esos recuerdos pasados, cogiendo una caja y guardando lo que queráis: dibujos, calcetines que se han quedado pequeños, recortes de periódico, fotos, hojas y flores, recuerdos de viajes… ¿Os animáis?
También podéis hacer un registro del presente que os pueda ayudar a contarle a alguien lo que estáis viviendo y cómo estáis sintiendo ahora. ¿Qué te gustaría meter en una cápsula del tiempo? Puedes dejar mensajes, canciones… todo lo que sirva para recordar cómo era el 2020 cuando seas un abuelillo o una abuelilla. Solo nos falta decidir una fecha para abrirla y viajar así al momento en que creamos nuestra cápsula del tiempo.
Una propuesta de Cristina Montiano